ELLE
INSTINTO BÁSICO
Con ELLE, impecable materialización de las obsesiones y el espíritu voyeur de un cineasta que ha hecho de la perversión y el sexo los núcleos fundacionales de su filmografía, vuelve el mejor Paul Verhoeven: el más provocador, el más irónico, el más retorcido. Su sencillo punto de partida, marcado por una agresión sexual presenciada por los ojos de un minino fisgón, es tan sólo una máscara tras la cual se esconde un universo mucho más complejo y turbador. Ya saben que en su cine nada es lo que aparenta ser. Eso sí, a pesar de la ambigüedad (marca de la casa) y una resolución sujeta a múltiples teorías intercambiables, todas las piezas adquieren un diabólico sentido en este juego de espejos sin género concreto. No es una comedia propiamente dicha, aunque las carcajadas, cargadas de una negrura inimaginable, resuenen de forma persistente; tampoco un thriller sobre el enfrentamiento entre víctima y verdugo (con nombre a descubrir) en su versión más clásica. De hecho, al director poco le importa el rostro del violador. Su única preocupación reside en la identidad de la enigmática protagonista.
Durante las dos horas de película, desgrana con pinceladas casi inapreciables la personalidad de esta mujer magullada por la tragedia, regalando a Isabelle Huppert (en auténtico estado de gracia) la femme fatale más fascinante, intrincada y aterradora de los últimos tiempos. Pura heroína polanskiana, variante francesa del personaje que le encumbrara en Las Américas: la Catherine Tramell de Instinto básico. Mismo pasado con más preguntas que respuestas, misma necesidad de canalizar la ira. Mientras el personaje al que daba vida Sharon Stone lo conseguía a través de la escritura de proféticos superventas, (Mich)Elle lo logra desestabilizando constantemente su entorno social, dominándolo y humillándolo a su imagen y semejanza. Verhoeven, a sus 77 años, se siente tan cómodo y disfruta tanto con este tipo de caracteres que su entusiasmo se percibe en cada uno de los planos, contagiando el mismo sentimiento a un público pletórico ante las sabias palabras del maestro.
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